Maletas repletas de cariño, gratitud y proyectos

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 Queridos amigos:

 Hace apenas una semana que hemos regresado de tierras hondureñas donde hemos tenido la suerte de compartir durante unos días la vida de todos los becados y sus familias, cumpliendo así  nuestro compromiso de realizar visitas periódicas y  seguimiento in situ.
Traemos nuestras maletas repletas de todo el cariño y gratitud que cada una de estas personas: becados, padres y abuelos, nos han encargado transmitiros y que ahora hacemos.

 Junto a ello, también traemos la certeza de que cada euro que sale de los bolsillos de todos nosotros –a veces con esfuerzo-, contribuye a que 144 chicas y chicos de 14 comunidades sean beneficiarios de una educación académica a la que de otra forma no podrían acceder.


 Una vez más hemos corroborado como los miembros de la Junta Directiva formada por padres y madres de los propios becados, gestionan el dinero que reciben con pulcritud y acierto, encargándose personalmente de efectuar las compras de los uniformes y materiales, sin los que no podrían asistir al instituto a medida de que cada cual lo va necesitando, evitando así cualquier desviación de fondos. A pesar de que tratan de estirar los mismos con maestría, hemos escuchado con tristeza que algunas familias de las que sus hijas e hijos tienen que trasladarse a la ciudad de Choluteca, quizá se vean abocados a tener que dejar de estudiar porque la beca no les alcanza para pagar el transporte.

 Con gran emoción hemos tenido la oportunidad de oír el testimonio de todos los jóvenes, quienes públicamente han reconocido la suerte de poder contar con la generosidad de sus padrinos sacándoles de un futuro sin esperanza.
Como ya hemos dicho, no hemos pasado un solo día sin recibir de todas estas buenas gentes un inmenso agradecimiento hacia cada madrina, padrino y donante, que a través de Sintiendo el Sur han hecho que ellos puedan estudiar,  pasar una quebrada sin embarrarse,  tener un ventilador en su casa y  en su escuela, en algunos casos, tener un refrigerador con el que poder mejorar la calidad de su pobre alimentación y hasta el poder adquirir un molino de maíz para fabricar y vender las tortillas con las que acompañan su monótona comida.

 Poder convivir con todos ellos, con sus carencias materiales pero con su absoluta entrega,  ha sido un auténtico regalo que difícilmente olvidaremos.

 Tampoco olvidaremos la oportunidad que hemos tenido durante  nuestra escala en Guatemala, de conocer a tres hermanas  misioneras dominicas: Geraldina, Laurita y Adela que con una sempiterna sonrisa que penetra el alma, nos contaban la durísima vida –incluido el baleo (disparos)- que casi a diario se producen en la zona en la que viven y llevan a cabo su misión entre la gente más pobre y conflictiva de la capital cuya vida en sí misma, carece de todo valor.
Estas extraordinarias mujeres están tratando de llevar a cabo un programa llamado “Redes de sabiduría” del que posiblemente os hablaremos en nuestro próximo boletín, con la seguridad de que resultará del interés de algunas y algunos de vosotros.

 Hasta entonces, reiteramos también nuestro agradecimiento por seguir apoyando todos nuestros proyectos, dirigidos a tratar de paliar las necesidades de los más desfavorecidos.

junta directiva                                                                                                                            Lucía, José Ignacio y Víctor junto a miembros de la Junta Directiva.

con becados 2012                                                                                                                               Muchos de los becados de SeS posan junto a nuestros compañeros.

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