La misión de Arturo en Honduras y Guatemala en el seguimiento e impulso de los proyectos de Sintiendo el Sur

    Hace unas semanas regresé de Centroamérica, mi segunda casa, de la que llevaba casi 6 años ausente. ¡Demasiado tiempo, sin duda!

     Fueron semanas plenas, llenas de realidad, de exposición a situaciones de pobreza y desigualdad sangrante, a veces tan fuertes que necesitas asimilarlas en comunidad. Semanas en las que al ir a dormir sientes que tu vida tiene sentido; que se llena con tanta gratuidad recibida, que se despiertan los sentidos, los proyectos, los compromisos…

    Foto del Barrio del Limón de zona 18 de Guatemala desde la casa de Redes de Sabiduría.

    Cena de frijoles, cuajada casera, aguacate y huevos revueltos en la casa de Reina y Julio, El Triunfo, Honduras.

    En Guatemala no visité esta vez ningún volcán ni pirámide maya grandiosa; pero no por ello cosas menos maravillosas: ¿hay algo comparable con acompañar el crecimiento de orugas de mariposa monarca en el patio de la humilde casa comunitaria de las Misioneras Dominicas del Rosario en el barrio del Limón (zona 18 de Ciudad de Guatemala)?. Con paciencia llegaron a crisálida, de ahí a mariposa… y volvieron a poner más huevos y continuar el ciclo. Una metáfora de la vida, con momentos de belleza sin igual, de crecimiento, de transformación, de muerte.

    Oruga de mariposa monarca en proceso de alimentación y crecimiento.

    Crisálida en avanzado estado de metamorfosis.

    Mariposa Monarca recién abandonada su crisálida.

    Desde aquella comunidad de hermanas valientes se desarrollan dos proyectos apoyados por Sintiendo el Sur. En primer lugar, el Programa de Redes de Sabiduría, que iniciamos en 2012, para la formación tras los estudios secundarios de mujeres jóvenes, de origen rural y generalmente indígenas.  Evaluamos el programa en este complejo contexto del COVID y de las clases a distancia (en Guatemala se mantienen suspendidas las clases presenciales desde el inicio de la pandemia). Conversar y convivir con las dos becadas internas que en este extraño año permanecen en la casa de Redes fue un regalo; sin duda sus vidas cambiaron, sin duda su visión creció, sin duda merece la pena apoyar estos procesos. Este otoño se gradúan, habrá que celebrarlo.

    Kendal y Paola asistiendo a sus clases on-line.

    Comida de despedida con las hermanas Dominicas.

    Y de las hermanas, que decir, son capaces de sacar lo mejor de uno, son capaces de permanecer en un lugar donde nadie con criterios convencionales quisiera estar y convertirlo en espacio de esperanza; hacer que el amor, el humor y la sonrisa se impongan a cualquier nube negra. Allí continúan acompañando a las mujeres más vulnerables de la comunidad, llenas de problemas económicos, de salud, familiares, de violencia… En ese punto se encuadra nuestro segundo proyecto que conseguimos lanzar con el apoyo del Ayuntamiento de Alcobendas de apoyo al desarrollo de iniciativas económicas para mujeres de El Limón. Pude visitar unas 15 de estas mujeres, sus hogares, sus familias, sus iniciativas… Son unas valientes y unas luchadoras, que en situaciones muy complicadas están consiguiendo dar pasos adelante.

    En casa de Doña Sofi y su pequeña venta de “helados locos” de frutas naturales. Aura Marina, Odi y Jenifer.

    En la casa-venta de Margarita y su hija Clari Luz recientemente acondicionada.

    En la venta de pan y chocofrutas de Doña Ofelia, junto con la hermana Onelia.

    En la cocina de doña Odi y su hija Jenifer donde cocinan los productos que venden en el puesto del mercado.

    En casa de Yomari, que está formándose en el INTECAP en cuidado de la piel y maquillaje.

    Aura Marina en la Casa de Redes de Sabiduría recibiendo atención de la hermana y psicóloga Berta.

    Pero no se queda en este acompañamiento concreto local las intervenciones de las hermanas. Al mismo tiempo, y de manera conjunta con las becadas, se implican en los aspectos sociales y políticos nacionales, que son la raíz de buena parte de estas desigualdades y situaciones de pobreza extrema crónica. Allí estuvimos por ejemplo toda la comunidad manifestándonos antes el Ministerio Público y el Palacio Presidencial, bajo la lluvia persistente, por las últimas medidas gubernamentales de expulsión del fiscal anticorrupción.

    En el paro nacional por la destitución arbitraria del fiscal anticorrupción de Guatemala.

    En una convocatoria del grupo interreligioso Centinelas, el día previo al paro nacional.

    Guatemala me permitió también reencontrarme con viejos amigos y amigas, había estado viviendo allá tres intensos años una década atrás. Amigos generosos e implicados, cada uno de sus espacios profesionales, en el volteo de la situación nacional. No os aburro con fotografía de estos encuentros, son tantas y tan especiales, que sería injusto poner solo algunas.

     Y de Guatemala a Honduras, al Triunfo, en ese Sur Hondureño rural al que le sobra temperatura y violencia, pero que me acoge con tanto cariño. Son más de 15 años lo que lleva Sintiendo el Sur impulsando el programa de becas para lograr normalizar la asistencia a los estudios secundarios de los niños y niñas de las comunidades del municipio. Allí sigue en pie la Junta directiva con Amado y Luci a la cabeza, allí está Gloria haciendo posible que el aula informática sea una realidad; somos testarudos, seguimos adelante.

    Reunión con parte de los becados en el Aula Digital de El Cedral, El Triunfo, Honduras.

    Bienvenida en la Escuela de El Cedral, en la clase de la profe Luci, tesorera del Programa de Becas.

    En reunión de trabajo y evaluación con los miembros de la Junta Directiva del Programa de Becas de El Cedral (Honduras).

    Ya casi 500 han sido los becados que han tenido la oportunidad de avanzar en sus estudios gracias al aporte de Sintiendo el Sur y a compromiso voluntario de la junta directiva.  Este año iniciamos la realización de un análisis de cual ha sido la evolución de cada uno de ellos con objeto de ir construyendo una red de colaboración comunitaria y de autoayuda. Sus historias no son todas de éxito, varios están enterrados a causa de la violencia o la extorsión. Honduras sigue expulsando del país a su población más joven por las condiciones de violencia y falta de empleo digno.  Nos hemos atrevido en ese contexto a soñar con el apoyo a los estudiantes de las comunidades que decidan ir a la universidad y seguir vinculados con el desarrollo comunitario. También queremos apoyar el refuerzo del material informático en el aula digital para que puedan darse cursos de formación profesional y lograr que la electricidad llegue a los dos vecindarios de El Cedral donde aún no lo hace. No faltan ideas ni necesidades y tenemos la experiencia de que, como con el puente, la luz o la biblioteca, con perseverancia se lograrán hacer realidad.

    Junto con Amado, presidente de la Junta Directiva,  visitando los barrios de El Cedral donde aún no llega  la luz. Al fondo pueden verse los volcanes de Nicaragua.


    Quería agradecer a los compañeros de Sintiendo el Sur por el apoyo para la realización del viaje y por vuestra cercanía en todo momento durante estas semanas. Me he sentido un auténtico privilegiado al recibir tanto cariño en nombre de todos vosotros; un privilegiado por poder compartir vida con personas tan excelentes de Guatemala y Honduras. Gracias también a todos los que colaboráis con los programas de Sintiendo el Sur en Honduras y Guatemala; os transmito el agradecimiento de los estudiantes, de las hermanas, de los padres y madres de familia… 

    Confieso que vuelvo con ganas de volver pronto, con esperanzas regeneradas y con la motivación para seguir generando canales de hermandad entre norte y sur. Canales calientes que ayuden a evidenciar las injusticias extremas y desde lo pequeño y desde lo grande llamen a la fraternidad y la justicia.

    Un abrazo, con mucho cariño.

     Arturo